El diseño futurista surgió en la década de 1900 y floreció en el campo del arte y la literatura en Italia, tratando de reflejar un sentido del pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. La filosofía del movimiento futurista consistía en protestar contra el statu quo. El movimiento se consideraba una disciplina que exploraba todo lo relacionado con el futuro, desde los aspectos psicológicos y sociológicos hasta el punto de vista tecnológico y medioambiental.
El objetivo del diseño futurista es crear un futuro humano, estable y progresista. Este concepto es evidente en el campo del diseño futurista de edificios en ciudades modernas y progresistas, que adoptan y reflejan plenamente tanto la tecnología como la conciencia medioambiental en sus rascacielos y urbanizaciones futuristas. La fluidez y el dinamismo de las formas son algunas de las características clave de la arquitectura futurista. Antes del movimiento futurista, los diseños se caracterizaban por líneas claras y formas rectangulares o cuadradas.
Los diseños de edificios futuristas incluían ángulos inusuales y agudos, cúpulas y triángulos. Mediante el uso de componentes estructurales del entorno, este estilo enfatiza un sentido de conexión entre las estructuras y sus características cambiantes, donde se utilizan ascensores de cristal, elementos metálicos y mecanismos para plasmar los avances tecnológicos en un aspecto estético.
El desarrollo de la arquitectura de edificios futuristas
Cuando se trata de arquitectura, la mayoría de los diseñadores se sienten constreñidos por ciertos límites, como trabajar dentro de un presupuesto y construir puramente por la función más que por la forma. Sin embargo, la mayoría de los diseñadores futuristas nunca limitan sus ideas más audaces a lo que ya se puede conseguir y piensan en lo que podría ser y a lo que aspiran.
El concepto de arquitectura futurista o edificios futuristas ha evolucionado varias veces, impulsado por innovaciones y avances tecnológicos que han cambiado la forma de pensar sobre cómo podría ser el futuro.
La aparición de la arquitectura futurista y el Art Déco
En 1914, el concepto de arquitectura futurista fue propuesto por el arquitecto italiano Antonio Sant’Elia, quien, junto con su colega Mario Chiattone, presentó una serie de diseños para una nueva ciudad. Las ilustraciones de Sant’Elia mostraban rascacielos futuristas, arquitectura industrializada y el uso activo del acero, todo lo cual personificaba la esencia de la era de la máquina.
Por la misma época, el estilo Art Déco surgió en Francia y se extendió por todo el mundo. Se vio influido por los mismos avances tecnológicos que propiciaron la aparición del futurismo italiano. El Art Déco combinaba motivos geométricos con colores brillantes, así como una interpretación moderna de los elementos ornamentales de civilizaciones pasadas. Así pues, puede decirse que estos dos estilos existían como dos opuestos en todos los sentidos.
Ejemplos de arquitectura futurista
Ahora que hemos aprendido más sobre la historia y el concepto del diseño futurista de edificios, podemos echar un vistazo a los ejemplos más famosos de arquitectura futurista de los siglos XX y XXI. Estos conceptos arquitectónicos están motivados por el futuro integrando diseño, tecnología, ciencia de los materiales y creatividad. De hecho, con la aparición de la arquitectura futurista y neofuturista ha surgido un nuevo paradigma arquitectónico.
El edificio futurista, que se asemeja a un platillo volante, se eleva 4,5 metros sobre el suelo y está sostenido por dos arcos blancos de hormigón armado, dando la impresión de una estructura que levita. En el centro del edificio hay un restaurante, al que se accede por un ascensor situado en la columna.
Durante los calurosos meses de verano, el pragmático y asimétrico exterior de hormigón del edificio protege a las personas del intenso calor de la zona. Su forma curva, que parece hacerse eco de la suavidad del agua, recuerda abstractamente a una ostra. En su interior hay oficinas administrativas para el control de las fronteras internacionales y las rutas marítimas comerciales, una terminal para transbordadores y cruceros mundiales y un puerto independiente para embarcaciones regionales y locales. Las pendientes internas recorren todo el edificio, mejorando la conectividad entre espacios.
La notable forma de la terminal se ilumina por la noche, sirviendo de faro para la comunidad costera. El complejo es una transición perfecta entre agua y tierra, tanto desde el punto de vista operativo como estético.